Uno de los principales motivos que me ha llevado a crear un blog sobre la ciudad de Badajoz es el relacionado con la limpieza y el mantenimiento de su entorno natural.
Como estudiante universitario de la rama de la naturaleza y el medio ambiente, hay algunas gestiones que considero que dejan mucho que desear y que hieren la sensibilidad de aquellos que de verdad amamos la naturaleza; En particular estoy refiriéndome a la relacionada con el mercadillo de Badajoz en el margen del río Guadiana.
Desde hace ya mucho tiempo, observo con pena e incredulidad tanto el estado en el que queda el descampado tras el evento del mercadillo, como las prácticas que en él tienen lugar, muchas de las cuales son ilegales. Este evento me hace reflexionar sobre varias cuestiones que me gustaría enumerar:
1. Me parece incomprensible que no haya ningún agente de seguridad que regule las prácticas que tienen lugar en el mercadillo, ya que en él se venden desde alimentos hasta animales, muchos de ellos protegidos por la ley o adquiridos de manera ilegal (mediante el uso de redes japonesas, trampas, etc).
2. El estado del margen del río tras el mercadillo es...incatalogable, es incivilizado. Se nos olvida que tenemos un río en el que tienen lugar muchas prácticas deportivas, en concreto la del piragüismo (de la que yo he sido participe), y en la que muchas veces se hace imposible realizar debido al grado de suciedad que tienen las aguas, imposibilitando la práctica deportiva a personas de todas las edades. Por no mencionar la pérdida masiva de fauna que en él ha tenido lugar desde los últimos años.
3. El Azud, al estar alejado de la zona de la ciudad y al carecer de personal de seguridad, se ha convertido en un hervidero de todo tipo de prácticas ilegales y sospechosas. Es una zona de trapicheo de drogas a prácticamente cualquier hora, es una zona de encuentros sexuales que tienen lugar a cualquier hora con el peligro que eso conlleva para las personas que van a pasear por allí o los niños pequeños van al club de piragüismo.
Yo mismo he sido víctima de alguna anécdota bastante desagradable al ir en bicicleta por esa zona.
Siempre he querido intentar explicar que, cuando denuncio las malas prácticas en los que a contaminación o maltrato de fauna y flora se refiere, no lo hago simplemente porque sea un amante de la observación de la naturaleza, si no que realmente debemos tener cuidado con estas prácticas ya que, de una manera u otra, acaban volviéndose contra nosotros. Para demostrarlo he dejado el último punto de mi observación.
4. Para aquellos que no se sienten muy identificados con este artículo porque no tengan esa sensibilidad por la naturaleza (que están en su pleno derecho), dejo una reflexión de cómo estas prácticas afectan también al tema económico y de gestión en nuestra ciudad:
El terreno del mercadillo es una zona que el ayuntamiento cede para la práctica de este evento. Sin embargo, no impone ningún tipo de sanción a los tenderetes que no mantengan su zona limpia, de manera que parte del dinero que gana el ayuntamiento lo invierte en una empresa PRIVADA de recogida de basuras que, según mi punto de vista, no es muy eficiente. Sinceramente, me parece que hipotecar nuestra salud y la de los jóvenes de la ciudad que van a esa zona por el margen de beneficio que ganan....me parece mal negocio.
Por otro lado, se destina una gran cantidad de dinero todos los meses para eliminar mecánicamente (mediante excavadoras y camiones) la planta del Camalote, una especie muy invasiva que acaba por cubrir todo el río y provoca un fenómeno conodico como eutrofización, que deja sin oxígeno a la fauna del río. Por un lado el Ayuntamiento de Badajoz se negó a destinar dinero a la Universidad de Extremadura para investigar una manera menos costosa, invasiva y frecuente para eliminar esta planta, pero es que además, las prácticas del mercadillo, vertido de químicos, fosfatos y detergetes que tienen lugar debido a este evento aceleran de manera bestial el crecimiento de esta planta (del orden de cada gota de fostato aumenta en un metro cuadrado la superficie del Camalote).
De manera que,al final, celebramos un evento que lleva a cabo prácticas ilegales(venta de especies animales en peligro o protegidas, vertido de químicos, detergentes o fostatos al río, etc) por no controlarlo con ciertas medidas de seguridad, para ganar un dinero que luego invertimos en empresas privadas para solucionar parcialmente un problema que podría solucionarse definitivamente inviertiendo en el sector público en investigación, y aislamos una zona de la ciudad con lo que fomentamos prácticas como el intercambio de drogas, encuentros sexuales públicos, etc.
Sinceramente, creo que somos unos privilegiados y que una ciudad con estas características podría ofrecer unas actividades de ocio, de educación y respeto por la vida y por la naturaleza que pocos lugares tienen.
Para terminar haré mención al edificio de Caja Badajoz construido al margen del río. Creo que podría haberse construido en otro lugar, y que no era algo fundamental ya que, de momento sigue cerrado. Pero ese es otro tema que abordaremos otro día.
Un saludo.