
Contaminación animal.
23.01.2013 00:51A menudo cuando escribo los artículos termino con una reflexión en la que intento hacer hincapié sobre la idea de que tenemos que respetar estos recursos limitados que tenemos, que no se se trata de una cuestión de ciudadanía o sensibilidad por la naturaleza, si no mas bien de repetarla y aprender a amarla porque la necesitamos y dependemos absolutamente de ella.
Sobre esta idea trata enteramente el artículo de hoy.
Cada vez escuchamos con más frecuencia en los medios de comunicación que determinados alimentos empiezan a estar vedados para el consumo humano. Muchas veces nos preguntamos cual será la razón de estas nuevas noticias que nos alertan sobre la toxicidad de muchos alimentos que consumimos y la precación con la que debemos hacerlo.
La naturaleza nos ha demostrado muchas veces que coexistimos con ella en un delicado equilibrio y que es peligroso romperlo. Muchas han sido las consecuencias de nuestros actos, aunque a menudo no hemos prestado la suficiente atención ya que esas consecuencias afectaban a factores que no resuenan tanto en nuestro día a día, consecuencias normalmente relacionadas con el mundo agrícola y rural.
Sin embargo, cuando las consecuencias juegan un papel directo sobre nuestra salud, enseguida saltan las alarmas y empezamos a darnos cuenta de la situación tan dramática que vivimos.
El último o de los últimos a añadirse a la lista ha sido el relacionado con el atún y su consumo. Estos días escucho con mucha regularidad noticias relacionadas su consumo, y como las autoridades sanitarias recomiendan que lo apartemos un poco de nuestra dieta. La razón es sencilla, se empiezan a encontrar cantidades bastante altas de tóxicos en sus carnes, cantidades que superan lo permitido de mercurio y otras sustancias.
Es fácil imaginar el porqué cada vez tendremos mas limitada la alimentación de animales salvajes, ya que la viabilidad de sus medios es cada vez menor. Seguiré con el ejemplo del mundo marino; para aquellos que lo desconozcan, existe una isla compuesta enteramente de basura en el Pacífico, la cual se ha ido formando como consecuencia de las basuras de las costas y de los barcos que llegan a un punto muerto de recirculación oceánica situado en el Pacífico. Es decir, hay una cantidad de espacio muy grande llena de basura y tóxicos de los cuales se alimentan las especies que luego llegan a nuestro plato.
Por ahora son sólo algunas especies las que no pasan un límite de toxicidad para nuestro consumo, pero que duda cabe que parte de esos desperdicios son acumulados en los animales y luego ingeridos por nosotros.
Es irónico, aunque lógico, ver como nuestros actos no quedan indemnes y como tenemos que empezar a comprender a pasos acelerados que nuestro destino y nuestra supervivencia está inevitablemente ligado a la de nuestro planeta y el resto de organismos que lo habitan. Espero que lo empecemos a entender pronto.
Un saludo.
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